De Parte del Corazón de Dios para Ti...

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miércoles, 18 de abril de 2012

Tres lecciones de Pablo y Silas en la cárcel

La primera de ellas tiene que ver cuando Pablo y Silas estuvieron en la cárcel. Dice la Biblia que a la medianoche ellos estaban orando y alabando a Dios. Mi pregunta es ¿qué hacían ellos orando y cantando a media noche y peor aún en medio de la cárcel? Ellos podrían estar durmiendo, pero no lo hicieron, ellos son Pablo y Silas.
Muchos de nosotros al igual que estos dos cristianos estamos o hemos estado alguna vez en una cárcel. No estoy hablando necesariamente de una cárcel física. A lo que me refiero es que en más de una ocasión hemos estado atrapados en una situación o circunstancia de la cual nos ha sido difícil salir. ¡Canta tu canción en el lugar donde te encuentres! Alaba a Dios, ora. La alabanza y la oración tienen el poder para sacarte del lugar donde te encuentres atrapado. Mathew Henry, el comentarista bíblico escribió lo siguiente: “Desde lo profundo y desde las tinieblas debemos clamar a Dios. No hay lugar, no hay tiempo que sean malos para orar si el corazón va a ser elevado a Dios. Ningún problema, por penoso que sea, debe impedirnos alabar”.

La segunda lección que nos deja esta historia se encuentra ubicada en la pregunta que el carcelero le hizo a Pablo: ¿Qué tengo que hacer para salvarme? Y luego la sencilla, pero a la misma vez grandiosa respuesta que le dio Pablo: “Cree en el Señor Jesús, y tú y tu familia se salvarán”.
Creo que aquí se resume el gran dilema de la salvación y la respuesta la da Pablo: Cree en el Señor Jesucristo, nada más. No son las obras, ni la liturgia. Es creer en el Señor Jesús. Y a esto añade algo más: “y tú y tu familia se salvarán”. Esta es una promesa de Dios. Él lo ha dicho, vamos a creer.

La última lección está cuando la familia del carcelero también creyó en el Señor Jesús. Dice la Biblia que “Él (carcelero)  y su familia estaban muy felices de haber creído en Dios”.  Quiero terminar este texto con una pregunta: ¿de verdad estamos felices de haber creído en Dios o nos es una carga pesada ser cristianos?

viernes, 16 de marzo de 2012

Ante todo, mil disculpas queridos lectores, ya que después de algún tiempo (aproximadamente 7 meses) vuelvo a escribir en este blog.

Muchos dicen que los jóvenes son inestables en toda área, y que también no son muy buenos para asumir grandes responsabilidades por su corta edad. Ese estereotipo existe aún y se puede ver en las empresas, iglesias, inclusive en el mismo hogar. Por esa razón yo me hacía la pregunta si es que en la vida han existido jóvenes que han roto esos parámetros, que han sido líderes a su corta edad y que además han hecho las cosas bien, sin apartarse de Dios ni desviar su corazón a otras cosas. Buscando en la Biblia, encontré a verdaderos jóvenes que son dignos de imitar, que sirvieron al Señor en su juventud, que fueron de ejemplo y ahora sus nombres están escritos en la Biblia, entre ellos están José, Samuel, David, Jesús, Timoteo. Tengo que decir que aún falta uno o dos nombres más.

Estuve estudiando la vida de José y la verdad se las recomiendo mucho, es una muy buena historia de vida, y deja muchas enseñanzas para nuestras vidas.
Luego de que terminé la historia de José, he seguido con Samuel, y es el personaje del quién les quiero escribir el día de hoy y poder sacar valiosas enseñanzas para nuestras vidas.
PDTA: Prometo el día de mañana poder escribirles de la gran historia y las valiosas enseñanzas de la vida de José.

Adelante, no abandonemos a Samuel.
Ana era una mujer que no podía tener hijos, así que le dice a Dios que si le da la bendición de tener un hijo, ella se lo iba a dedicar a Él para ponerlo a su servicio desde niño. Dios le concede un niño, este niño es nada menos que Samuel, así que su madre Ana lo pone al servicio del templo desde niño, y dice la biblia que Samuel servía fielmente a Dios, en medio de un sacerdote como Elí que no sabía disciplinar a sus hijos (que también eran sacerdotes) ya que estos se comían la comida que era destinada para las ofrendas a Dios.

Quiero detenerme en un punto especial y es el capítulo 3, veamos:

El joven Samuel servía al Señor bajo la supervisión de Elí. En aquellos días el Señor no se comunicaba ni en visiones, pues éstas no eran frecuentes. Un día, mientras Elí reposaba en su aposento, pues tenía la vista cansada y casi no veía, y Samuel dormía en el santuario donde estaba el arca de Dios y la lámpara de Dios aún no se apagaba, el Señor llamó a Samuel, y él respondió:
   «Aquí estoy, Señor.» (1Samuel 3:1-4)

Hay algo interesante aquí que cabe resaltar. El Señor no se comunicaba con nadie. Comúnmente lo hacía en visiones, sueños o inclusive directamente. Pero desde hacía mucho tiempo que no lo hacía. Pero decide poner una pausa a esto para hablarle ¿a quién?, nada menos que a Samuel, y ¿qué hacía este?, pues servía al Señor.


Quiero detenerme un momento en este punto para decir algo con mucho cuidado. Muchos hoy en día dicen hablar de parte de Dios, utilizan frases como "Dios me ha dicho que les diga", "El Señor dice", y frases por el estilo, que de hecho utilizaban los profetas del antiguo testamento. No digo que esté mal que utilicen estas frases, ya que El Señor nos habla a través de Su Palabra, y si al utilizar estas frases están haciendo referencia a que El Señor les habló a través de la Biblia está perfecto; pero  mucho utilizan estas frases en referencia a que El Señor les habló físicamente y les dijo algo en especial, y que escandalosamente muchas veces va en contra a lo que dice la misma Biblia, que es la Palabra de Dios. Recordemos que Dios no puede ser burlado y que Él no puede contradecirse a sí mismo, así que tengamos mucho cuidado, no todo el que dice que Dios le dijo algo en especial, quiere decir que así sea, pidamos sabiduría a Dios para que nos ayude a discernir y recordemos que Dios nos ha dejado su Palabra para hablarnos a través de ella. Es un tema un poco complejo, pero que no es lo central de hoy día, así que le ponemos punto final a esto.


Miren, Dios no hablaba después de mucho tiempo, y lo volvió a hacer con el joven Samuel, quiso contarle a este los planes que tenía para mas adelante. Y creo que Dios también quiere hablarles a muchos jóvenes hoy en día, a través de Su Palabra. Quiere darles una visión, un sueño que venga del corazón de Dios, un llamado para sus vidas, contarles los planes que tiene para más adelante. Pero eso no necesariamente ocurre así porque así. Necesitamos reunirnos con el jefe de esta empresa que tiene por nombre "vida" para ver los planes que tiene para mas adelante.
Se me viene a la memoria la historia de Abraham, este tenía una intensa comunión con Dios, ofrecía sacrificios a Él, y Dios le dio una promesa, una visión. Muchos quieren hoy en día  que Dios les hable, que le cuente Sus planes, pero no hacen nada al respecto, ni si quiera lo buscan en la intimidad.
Dice la Biblia que Samuel servía fielmente, esto ocurrían antes y después de que Dios le hablara; Samuel servía. Y es lo que tenemos que hacer cada uno de nosotros, imitar este ejemplo de Samuel. ¿Por que Dios no le habló a Elí, a Ofi o Finnes? Porque el primero, no tenía el carácter para corregir a sus hijos, y los dos últimos deshonraban descarada y públicamente a Dios; sin embargo Samuel servía fielmente a Dios (así lo dice otra versión). ¿Estamos sirviendo a Dios?, y no hablo necesariamente del servicio que hacemos en la iglesia, que es necesario y que va a demostrar nuestro amor a Dios, pero que no necesariamente quiere decir que así sea. Muchos pueden servir en la iglesia, pero su corazón estar lejos de Dios, al igual que los hijos de Elí.
Estoy hablando de servir a Dios con tu vida. Con toda tu alma, con tu mente con tu corazón. Servirle al buscarlo, al servir a los demás. En conclusión, servir a Dios al tener un corazón que le ame. ¿Lo estamos haciendo? Reflexionemos en esto por un momento.